La Sala dell'Anticollegio, antesala de honor de la del Collegio, era el lugar donde las personalidades ilustres permanecian a la espera de ser introducidos en presencia del Dogo. La decoración de la sala es el resultado de la reconstrucción tras el incendio de 1574, basada en el diseño de Andrea Palladio y Giovanni Antonio Rusconi, a pesar de que los trabajos fueron llevados a cabo por el proto (arquitecto oficial) Antonio Da Ponte.
Techo de la Sala dell'Anticollegio
El techo de la sala está cubierto de riquísimos estucos que encierran frescos de Paolo Veronés, lamentablemente bastante deteriorados. En el octógono central el Veronés pinta a Venecia otorgando honores y recompensas mientras que los óvalos monocromos son apenas legibles.
Paredes de la Sala dell'Anticollegio
De gran belleza son las telas de las paredes, obra de los mejores pintores de la segunda mitad del siglo XVI en Venecia. En un tiempo las paredes estuvieron recubiertas de cueros dorados. En las obras presentes, de Tintoretto son las cuatro pinturas mitológicas a los lados de las puertas, inicialmente destinadas a la Sala de las Cuatro Puertas y realizadas en el año 1576:
- Tintoretto: Las Tres Gracias y Mercurio.
- Tintoretto: Ariadna, Venus y Baco.
- Tintoretto: La Paz, la Concordia y Minerva que destierra a Marte.
- Tintoretto: La Fragua de Vulcano.
Este ciclo, cuyas telas están simétricamente dispuestas en marcos de estuco en base a un programa iconográfico muy complejo, son algunas de las principales obras del pintor en el ámbito mitológico y alegórico. Las figuras, que tienen de fondo las diferentes estaciones del año, en alusión a los tiempos de prosperidad y armonía y simultáneamente a los cuatro elementos primordiales: tierra, agua, aire y fuego. Frente a las ventanas se encuentra:
- Paolo Veronese: El rapto de Europa. Trabajo realizado en 1580 que inspirará con su leve melancolía a los pintores venecianos del siglo XVIII.
- Jacopo Bassano: El retorno de Jacob, contemporánea a la precedente y caracterizada de un extraordinario realismo.
La imponente chimenea de mármol blanco, que muestra un friso y un dentículo de clara inspiración palladiana y que está situada a lo largo de la pared donde se abren las ventanas, sostenida por dos atlantes, atribuídos a Girolamo Campagna, y coronada por un bajo relieve de Venus solicitando armas a Vulcano de Tiziano Aspetti. Sobre el portal, un grupo escultórico compuesto por tres figuras, todas ellas obra de Alessandro Vittoria, que representan a Venecia entre la Concordia y la Gloria.