La isla de Burano, enclavada en el corazón de la Laguna Norte, debe su atractivo al color de sus casas: azul, verde, rojo, amarillo, morado... Cada casa tiene un color diferente.
La isla fue famosa hace tiempo por el arte del encaje. Paseando por sus calles no es dificil encontrarse con plácidas mujeres que tejen sus encajes en las puertas de sus casas. La producción de encajes con la aguja empezó a desarrollarse en la isla hacia el siglo XVI y encontró inmediatamente el apoyo de las damas venecianas. Luego sufriría un parón hasta que a finales del siglo XIX fueron instituidos en la isla una escuela y un taller, todavía activos, que relanzarían este arte. Hoy, la isla de Burano está llena de tiendas donde comprar espléndidas piezas de encaje.
La isla de Burano también es famosa por sus galletas, llamadas buranei.
En la única plaza de la isla, dedicada a Baldassarre Galuppi, compositor de Burano del siglo XVIII, se encuentra la iglesia de S. Martino, la catedral de Burano, con su característica fachada sin portal y a la que se entra por un lado y el Museo del encaje.
Los Encajes de Burano
Burano, con sus casas de colores, es la isla donde la artesanía del encaje continua viva, elaborada a mano sólo con aguja e hilo, según una tradición que las encajeras han transmitido de generación en generación. Los primeros encajes venecianos se remontan al Renacimiento. En sus orígenes, esta refinada artesanía nació como un pasatiempo de las mujeres aristócratas y luego se extendió rápidamente por toda Europa. En el siglo XVII, siglo por excelencia del encaje, los espectaculares encajes venecianos se convirtieron en símbolo de elegancia, y fueron objeto de deseo de monarcas y nobles europeos.
Hoy en día, las maestras encajeras que continúan esta tradición en Burano, forman una asociación en la que guardan los secretos de este noble y antiguo arte.
Visita la isla de Burano para ver trabajar a las encajeras y quizás te expliquen cómo realizan el Punto Venezia o Punto Burano. Visita los talleres y tiendas de la isla, donde podrás ver la belleza de su trabajo.
En Burano se encuentra el Museo del Encaje, ubicado en la histórica Escuela del Encaje de Burano, fundada en 1872 por la condesa Andriana Marcello, dama de honor de la reina Margarita de Saboya.
El arte del encaje veneciano, junto con otros encajes italianos, es candidato a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.