La Basílica de San Marcos, en el lado Este de la plaza, fue construida entre 1063 y 1094 para acoger los restos de San Marcos. Hasta la caída de la República de Venecia fue la iglesia palatina del Palacio Ducal. Asumió el título de catedral a partir de 1807, cuando, por decreto napoleónico, fue trasladada aquí la sede de la catedral desde su antigua sede de San Pietro di Castello.